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Declaración de la Liga Trotskista Internacionalista de Bolivia

 

Para obtener trabajo para todos, salario digno para los trabajadores, para conquistar la tierra para los campesinos pobres y obtener hasta la más mínima de nuestras demandas:


¡Que vuelva la revolución obrera y campesina en Bolivia!

Los obreros fabriles, el magisterio y los trabajadores de la salud marcan el camino para romper con el gobierno de Evo Morales

¡HAY QUE DERROTAR EL PACTO CONTRARREVOLUCIONARIO DE EVO MORALES CON LA MEDIA LUNA FASCISTA!

¡Pongamos en pie un verdadero pacto revolucionario obrero-campesino para retomar el camino de 2003-2005!

Una vez más, la burocracia colaboracionista entregó la huelga general, dividió las filas obreras y pactó con el gobierno un salario de hambre:

 

¡Abajo Montes y toda la burocracia colaboracionista!

¡IMPONGAMOS YA UN CONGRESO DE EMERGENCIA DE DELEGADOS DE BASE DE LA COB!

¡Por una dirección revolucionaria e internacionalista de la COB!

Los explotados de Bolivia, Grecia, Tonghua y Lingzoú en China, y Kirguistán son la avanzada del proletariado internacional

Luego que el gobierno de Evo Morales anunciara el 1º de mayo, día internacional de los trabajadores, un miserable aumento salarial de un 5%, el odio obrero no se hizo esperar. El 5 de mayo se llevó a cabo un paro de 24 hrs. convocado por la COB. Este fue contundente y acatado por todos los departamentos de Bolivia. La vanguardia, una vez más, fueron los obreros fabriles de La Paz, que se movilizaron por la ciudad al grito de ¡Este no es nuestro gobierno! ¡Abajo el 5 % del gobierno! ¡Fuera los traidores de nuestras organizaciones! ¡Montes traidor fuera de la COB! Exigieron, contra el miserable aumento de 5% del gobierno, un aumento del 12%. También pidieron la renuncia de los ministros de Gobierno, Sacha Llorenti y de su viceministro Gustavo Torrico, de la ministra de Trabajo Carmen Trujillo, del ministro de Obras Públicas Walter Delgadillo, y de Economía Luis Arce. El justo odio y bronca de los obreros los llevó a las puertas del Ministerio de Trabajo y allí, con dinamitazos, patadas y prendiéndole fuego, dejaron destruidas sus puertas. La respuesta de este gobierno –que nada tiene de obrero- fue enviar a sus perros de presa de la policía a reprimir brutalmente a los obreros, lanzando gases lacrimógenos a los huelguistas de hambre, balas de goma y hasta con el carro hidrante neptuno. Hubo 15 trabajadores detenidos que, a pesar de ser liberados por la protesta obrera, aún siguen procesados. El mismo día se realizaba en Oruro una enorme movilización de fabriles, magisterio, salud y mineros. En el acto central, los trabajadores repudiaron la presencia de Pedro Montes, al grito de: “Viva la COB, pero sin el traidor Montes.

Al mismo tiempo, a pocos kilómetros de la ciudad de La Paz, en Caranavi, los pobladores, obreros y campesinos pobres, mantuvieron bloqueada la principal carretera por más de 11 días, demandando agua potable, luz y que Evo Morales cumpliera con la instalación de una fábrica de cítricos en Caranavi

Ante la dureza del bloqueo sostenido por más de 3.000 pobladores, el gobierno lanzó una sangrienta represión para desbloquear la carretera. Así, los obreros y campesinos de Caranavi se enfrentaron duramente con 300 efectivos de la policía, hiriendo a 7 de ellos e impidiendo que avanzaran hasta el centro de la ciudad. Sin embargo, la policía de Evo Morales logró cobrarse la vida de dos jóvenes estudiantes: Fidel Hernani de 19 años y David Callisaya de 18.

Ante este escenario, la burocracia de la dirección de la COB, con Montes a la cabeza, tuvo que hacer en muy corto tiempo dos ampliados, largar el paro de 24 hrs. y finalmente definir en el Ampliado Nacional del 6 de mayo la huelga general indefinida a partir del lunes 10, combinado con una marcha desde Caracollo hasta La Paz.

El combate que protagonizan los obreros fabriles recupera la tradición histórica del proletariado boliviano, de su democracia obrera, la tradición de la gloriosa COB del la revolución de 1952. Este combate intenta generalizarse a todo el proletariado boliviano. La clase obrera vuelve así a entrar en la escena política y, en su combate por el salario y la jubilación digna, ha chocado de frente contra el pacto del MAS y la Media Luna fascista, y por ello contra el gobierno de colaboración de clases de Evo Morales y sus fieles sirvientes: la burocracia colaboracionista de la COB. Es que, para conquistar el salario, el trabajo, la tierra y los hidrocarburos, la vanguardia obrera ha sacado la conclusión de que hay que derrotar a las direcciones colaboracionistas que sostienen al gobierno de Evo Morales y su pacto con la Media Luna fascista; pacto que garantiza el saqueo de los hidrocarburos por parte de las transnacionales y deja intacta la propiedad de los grandes terratenientes. Para que triunfe la lucha por el salario, la tierra y los hidrocarburos, hay que imponer la ruptura de las organizaciones de la COB, las COR, las COD y la FSTMB con el gobierno y volver a poner en pie la revolución del 2003-2005.

Ante la vuelta del proletariado al combate, el gobierno de Evo Morales y Linera muestra su verdadero rostro antiobrero

Tras cinco años de gobierno de Morales, que bajo la estafa de la “revolución bolivariana” expropió la revolución obrera y campesina de 2003-2005, “El índice que mide la pobreza se ha estancado en torno al 60% en los últimos años, a pesar de que en el mismo período se cuadriplicaron las exportaciones y el país disfrutó de superávit continuo, disponiendo de recursos financieros como nunca antes en su historia” (según informe de coyuntura de la Fundación Milenio, basado en los datos del Instituto Nacional de Estadísticas de Bolivia. Publicado en el diario La Patria del 13 de mayo de 2010). Y ante esta situación, el gobierno “bolivariano” de Evo Morales pretende que la heroica clase obrera boliviana acepte un aumento salarial del 5%. Aumento que para los trabajadores fabriles de La Paz, sometidos a terribles jornadas de trabajo de 12 a 14 horas, no significaría más que un peso boliviano por día, lo que apenas equivale a dos piezas de pan.

Ante las demandas de los obreros fabriles, el magisterio y la salud, al igual que ante los pobladores de Caranavi, el gobierno ha mostrado su verdadero rostro. El vicepresidente, García Linera, ha salido en dos conferencias de prensa a justificar su negativa a conceder más de un 5% de aumento salarial, planteando que el llamado de la COB a la huelga general es de “contrarrevolucionarios”, de “infiltrados de la embajada norteamericana en el movimiento obrero que quieren llevar aguas al molino de la derecha cavernaria fascista de la Media Luna”.

A su vez, de forma cínica este gobierno ha salido ha declarar que los dos muertos en Caranavi son porque el pueblo sublevado se lo había buscado para obtener “protagonismo”. Este gobierno, que dice que los obreros somos infiltrados de la embajada norteamericana y de la Media Luna fascista, es el que, apenas asumía su primer mandato, corrió a Santa Cruz a decirle a los fascistas de la Media Luna “gobernemos juntos”, “enséñenme a gobernar”. Y bien que le enseñaron a gobernar ¡reprimiendo las demandas de los obreros y asesinando mineros como en Caihuasi en 2008! Este gobierno de Morales ha reprimido salvajemente a los trabajadores, al mejor estilo de Goni. Es el gobierno del MAS quien ha pactado una y otra vez con la “derecha fascista cavernaria”, como en la amañada Asamblea Constituyente y en los referéndums revocatorios, cuando la clase obrera y los campesinos pobres los habíamos derrotado en los combates revolucionarios de 2003 y 2005.

Este gobierno, que nos dice infiltrados a nosotros los explotados, fue el que pactó con la Media Luna y la embajada norteamericana durante la asonada fascista del 2008, mientras nosotros, los obreros y campesinos pobres, pusimos la sangre y los muertos combatiendo en las calles a las bandas fascistas de Santa Cruz.

El verdadero agente de las transnacionales es el gobierno de Evo Morales, quien sostenido por toda la burguesía bolivariana y el Foro Social Mundial, vino a expropiar la revolución obrera y campesina iniciada en 2003. Es el gobierno que garantizó que a la Rosca –despojada del poder por la revolución- no se le tocara ninguna de sus propiedades, latifundios ni el manejo substancial de los negocios de los hidrocarburos de Bolivia. Sus “nacionalizaciones” chutas, sus constitución pactada con las transnacionales, su parodia de reforma agraria, nada le ha dado a los explotados obreros y campesinos, ni el pan, ni el salario, ni la tierra, ni los hidrocarburos.

Este “estado plurinacional” es quien mantiene a nuestras familias en la miseria absoluta, con una inflación que cada día aumenta más, carcomiendo nuestros ya magros salarios, con miles de desocupados y campesinos que aún no tienen su tierra. Y ahora nos quieren hacer creer que, si nos aguantamos el hambre y los salarios miserables, nuestros hijos tendrán un futuro mejor, habrá fuentes de trabajo y mejores salarios en un futuro (lejano, muy lejano). Nos dicen que los obreros debemos comprender que hay que invertir en la producción del país. Sin embargo, el gobierno de Morales y Linera, en más de 4 años de gobierno, no han garantizado ni lo más mínimo para subsistir: ni trabajo, ni el gas para los bolivianos que sufrimos largas colas para obtener una garrafa de gas, ni tierra para los campesinos pobres que deambulan como mendigos. Los obreros y campesinos pobres no hemos obtenido nada más que falsas promesas de un futuro mejor, simples migajas como los bonos “Juancito Pinto”, “Bono Dignidad”, etc. Como si un obrero o campesino pudiese enviar a la escuela a sus hijos y alimentarlos con bonos de 200 bolivianos anuales. ¡Que Linera, Morales y sus ministros “obreros” vivan con esos bonos de miseria!

Por el contrario, el MAS –representante de las transnacionales Total francesa y la Repsol española- con la Media Luna fascista –representante de las transnacionales Exxon yanqui y British Petroleum inglesa- pactaron para impedir el triunfo de la revolución proletaria y garantizarse y repartirse sus negocios. Por eso, este combate del proletariado boliviano se enfrenta abiertamente al pacto contrarrevolucionario de Morales, la Media Luna y el Imperialismo. Así le marca al camino a la clase obrera para enfrentar todos los pactos contrarrevolucionarios que el imperialismo y las burguesías nativas impusieron en América, África y Medio Oriente para ahogar el combate revolucionario de las masas explotadas.

En Bolivia no estamos frente a un “gobierno de los trabajadores”, como afirma el vicepresidente Linera, sino que estamos frente a un gobierno de colaboración de clases, agentes del imperialismo y sus socios menores, expropiadores de la revolución latinoamericana con su farsa de “revolución bolivariana”, su “capitalismo andino” y sostenedores de la derecha fascista. Este gobierno de colaboración de clases de Morales, hasta el momento, sólo nos ha dado balas y miseria, mientras ha preservado intacta a la casta de oficiales de las Fuerzas Armadas asesinas y la propiedad de la Rosca y de los monopolios imperialistas. Ese es el verdadero rostro del gobierno “indigenista” de Morales.

La vanguardia obrera, en su lucha por el salario, la jubilación digna y contra la burocracia colaboracionista de la COB, enfrenta al gobierno de Evo Morales y su pacto con la Media Luna fascista.

El gobierno necesita derrotar la lucha de los obreros fabriles, ya que es conciente de que si esta ofensiva se desarrolla, con el derrocamiento de la burocracia colaboracionista de la COB a manos de la vanguardia obrera, sería una poderosa convocatoria al conjunto de los explotados a retomar el camino de 2003-2005, como única forma de conquistar el salario, la tierra y los hidrocarburos, haciendo volar por los aires el pacto contrarrevolucionario firmado entre Morales y la Media Luna sobre la base de la sangre de los explotados en el 2008.

Este pacto contrarrevolucionario le permitió a la Media Luna controlar el 50% del país, manteniendo al proletariado de esos Departamentos bajo las botas de sus bandas fascistas, mientras que, al mismo tiempo, el gobierno de Evo Morales busca, en el Altiplano boliviano, controlar a la clase obrera con puño de hierro, estatizando al máximo sus organizaciones obreras, fundamentalmente a la COB y la FSTMB. Es que en Bolivia fue donde más lejos llegó la revolución, poniendo en peligro la propiedad y los negocios del conjunto de la burguesía internacional. Por ello el imperialismo apeló a la política de colaboración de clases, poniendo en el gobierno a Evo Morales para expropiar la revolución y, junto al otro agente, el fascismo, como dos puntas de una misma cuerda, estrangular la revolución boliviana, y junto con ella el combate del proletariado latinoamericano. Así se repartieron Bolivia, haciendo jugosos negocios, mientras mantienen a la clase obrera y las masas campesinas explotadas en la más absoluta miseria, con una inflación brutal que se carcome todos los días el salario obrero.

Del gobierno de Morales no se puede esperar la satisfacción de ninguna de las demandas de la clase obrera y las masas explotadas, puesto que, para cumplirlas de manera íntegra, es necesario atacar la propiedad y el dominio del imperialismo, con el cual, como su socia menor, la burguesía indigenista a quien Morales representa, mantiene mil y un negocios. Para arrancarle siquiera un 1% más de aumento de salario al gobierno, la clase obrera necesita expropiar a la Media Luna fascista, los terratenientes y a las transnacionales, que son los que se han quedado con los hidrocarburos, los pozos petroleros, las minas más ricas del país y poseen las mejores tierras, en manos de los terratenientes, succionando toda las riquezas del país, a costa de la superexplotación obrera y el sometimiento de las masas explotadas a penurias inauditas.

Por eso hoy, ante la lucha de los trabajadores por el salario y la jubilación digna, el gobierno intenta enfrentar a la central campesina (CSUTCB) con la movilización obrera, y copar la dirección de la COB. El gobierno de Evo Morales necesita impedir que el proletariado boliviano rompa el pacto y, para eso, centra sus fuerzas en dividir las filas obreras y separar al campesinado pobre del proletariado.

El combate que los obreros fabriles y el Magisterio están llevando adelante expresa un enfrentamiento abierto contra ese pacto contrarrevolucionario firmado entre el fascismo y el gobierno de Evo Morales. Gobierno que fue puesto por la burguesía para, hablando en nombre de los trabajadores y los campesinos pobres, expropiar la revolución del 2003-2005, sometiendo al proletariado a la burguesía, destruyendo la alianza revolucionaria entre la clase obrera y el campesinado pobre y, así, garantizar que la Rosca y los monopolios imperialistas no fueran expropiados. Pero este gobierno, asentado en la colaboración de clases, no puede terminar de recomponer las instituciones del estado burgués, ya que recrea de forma demagógica ilusiones de “progreso” en las masas, y estas se movilizan para que “se cumplan las promesas”, desestabilizando, a cada paso, el normal funcionamiento del estado burgués. Esta inestabilidad en el estado burgués debe resolverse con la derrota definitiva de la clase obrera, de lo contrario, la burguesía corre el riesgo de que las masas avancen en su combate reabriendo la revolución. Esto es lo que acontece hoy en Bolivia. La burguesía necesita propinarle una derrota a la vanguardia obrera que ahora encabezan los fabriles de La Paz, o de lo contrario se pone al orden del día que, para conquistar el salario, el trabajo, la jubilación y la tierra, debe volver la revolución obrera y campesina.

La dirección colaboracionista de la COB, una vez más, pacta con el gobierno y entrega la lucha obrera.

En medio de la marcha de la COB, que partió el lunes 10 de mayo desde Caracollo hasta La Paz, mientras Solares afirmaba “…ésta es una gran marcha reivindicativa, aquí nadie está marchando contra el Gobierno, sino que nos movilizamos por un salario y una jubilación justa”, Pedro Montes entabló negociaciones secretas con el gobierno, en las cuales éste le dijo que propusiera un aumento de salarios inversamente proporcional (es decir, de un 3% a los que ganan más de 1000 Bs. y un 5 hasta 7% a los que ganan menos de 1000 Bs.); además de negociar con los mineros la edad de jubilación desde 56 a 51 años, y otros “privilegios” más para los mineros con la condición inamovible de levantar la huelga y la marcha.

Esta burocracia cobarde y sirviente del gobierno intentó imponer esta negociación llamando a los ministros a la ciudad de Panduro (pueblo cercano a La Paz), para cerrar el trato reunidos en una escuela del pueblo, y luego legitimarla en una asamblea convocada en ese lugar. La base obrera, que no acordaba en lo más mínimo con la propuesta de Morales, al enterarse de que Montes había firmado la negociación en nombre de todos los trabajadores, se levantó con furia y se tomaron de rehenes a Ministros y al mismo Montes.

La dirección colaboracionista de los mineros y la FSTMB salieron en defensa de Montes –el cual huyó como un cobarde traidor-, atacando a la misma base a los dinamitazos y a pedradas. Quieren impedir que la base minera de Huanuni intervenga en el combate, puesto que fueron ellos los primeros que, en el 2008, expulsaron a Montes, Solares y Mitma al grito también de ¡Traidores! Por ello, la dirección del sindicato de Huanuni hace sus máximos esfuerzos por contener a los mineros, diciéndoles que no es necesario que salgan a la marcha ni a la huelga convocada por la COB, que su intervención está garantizada con los dirigentes y delegados asistiendo a la marcha. Les dicen que “no hay que parar la mina porque el estaño esta alto y si hacemos record de producción podremos cobrar bonos”, garantizando una brutal súper explotación al servicio de los bolsillos de Evo Morales.

Frente al acuerdo firmado por la burocracia de la COB con el gobierno, los obreros fabriles, el magisterio y los trabajadores de la salud, han dicho que no acatarán a la dirección de Montes y continuarán luchando por sus reivindicaciones. De hecho, el Magisterio anuncia una huelga general indefinida a partir del lunes 17 de mayo. Para impedir que este combate se generalice a todo el proletariado boliviano, las direcciones colaboracionistas se han dividido las tareas para concentrar fuerzas contra la clase obrera, para dividirlos, impedir cualquier intento de centralización de su combate y para dejar aislada a la vanguardia, creando así las condiciones para que el Gobierno de Morales-Linera pueda darles un golpe duro y certero.

A la llegada de la marcha a La Paz, había docentes de Potosí, Oruro, etc.…, pasaron por El Alto, donde se sumaron magisterio (donde hay un 60% de acatamiento a la huelga indefinida de los maestros) y fabriles de esa ciudad que es una concentración obrera, y llegaron a La Paz donde se sumaron también maestros y fabriles. Las consignas centrales que cantaban eran contra el gobierno y contra la burocracia de Montes. Poco antes de que llegara esta marcha al centro de La Paz, pasó una marcha de normalistas (estudiantes para maestros) que decían “si estamos en las calles es por culpa del gobierno”.

Al finalizar la marcha, se organizó un mitin donde hablaron dirigentes de maestros y de fabriles. En todos los casos, contra el gobierno y contra la dirección de Montes. Una de las oradoras fue Vilma Plata, del POR, que planteó e hizo votar a mano alzada las siguientes propuestas: a) declarar a Montes traidor; b) rechazo al 5% de aumento; c) ninguna negociación con dirigentes traidores; d) renuncia del ministro Sacha Llorenti; e) el hambre y la miseria del MAS son los enemigos del pueblo; f) por una Conferencia Nacional del Magisterio.

Una vez terminado el mitin, los maestros se dirigieron a la Casa del Maestro, donde se reunieron para resolver como siguen la lucha. Y los obreros fabriles hicieron su ampliado en la Federación de trabajadores fabriles. Se volvieron a plantear las expresiones de repudio a Montes y al gobierno. Un ampliado nacional de fabriles reunido en Oruro había resuelto proponer a los fabriles de La Paz que pasen a cuarto intermedio para permitir el diálogo con el gobierno. El ampliado de La Paz, resolvió aceptar la propuesta del ampliado nacional: pasar a cuarto intermedio en las medidas de lucha y en la huelga de hambre, hasta el próximo lunes, esperando que el gobierno los llame a negociar; mantenerse en estado de alerta. En caso de que eso no ocurra, hacer un nuevo ampliado el lunes en donde se resolverá cómo seguir y profundizar la lucha. En caso de que el gobierno acepte dialogar, ninguno de los dirigentes traidores irá en representación de los obreros, sino los dirigentes de las federaciones, en particular la de La Paz y delegados de base.

También se resolvió llamar a la base de los mineros, a apoyar la lucha, distinguiendo a la base de la dirección sindical burocrática con claridad. Por último, resolvieron llamar a un Congreso de la COB en 60 días y un Congreso Nacional de la Confederación Fabril para echar también a la dirección burocrática de su confederación, aliada de Montes de la COB.

Es decir, que desde un ampliado realizado en Oruro, lejos del centro de la lucha obrera de los fabriles, la burocracia de la Confederación fabril organizó una maniobra para que los fabriles de La Paz, el núcleo duro de la lucha, levanten sus medidas de fuerza. Por el momento, hasta el próximo lunes, lo han logrado, dejando solo al magisterio siguiendo adelante con su huelga indefinida.

A esto respondió la política que la burocracia implementó en la marcha encabezada por Montes, Solares y Mitma de la FSTMB y la huelga general indefinida de la COB, que no apuntó a centralizar el combate contra el gobierno y sus pactos con la Media Luna y fortalecer a los obreros fabriles y al Magisterio. Por el contrario, fue usada por la burocracia para entregar el combate de la clase obrera en negociaciones secretas con el gobierno a espaladas de la base obrera, y para dividir a la clase obrera sector por sector. Así, desde la dirección colaboracionista de la COB sostenida por la dirección de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, por los dirigentes colaboracionistas de las Confederaciones de Fabriles -a la cabeza de Ángel Asturizaga-, y la dirección stalinista de la Confederación magisterial; han aislado del resto del movimiento obrero a los fabriles y al Magisterio en La Paz. Mientras estas direcciones colaboracionistas encabezadas por Montes, negocian con el gobierno; en los distintos departamentos han largado la línea política de que cada fábrica o departamento, -como fue en Cochabamba por ejemplo-, negocie sus demandas con cada patronal por separado.

Así, la misma burocracia fue la que llevó a la vanguardia minera a negociar su demanda de reducción de la edad de jubilación, separada del conjunto del movimiento obrero, impidiendo así la unidad en el combate de todos los mineros, los obreros fabriles, el magisterio y los trabajadores de la salud. Con esta nefasta política divisionista también han dejado solos a los normalistas de La Paz, que fueron brutalmente reprimidos en la marcha del 13 de mayo por oponerse al acuerdo miserable firmado por Montes.

¡Esa es la burocracia colaboracionista: unos matones traidores! ¡Sostenedores del gobierno de Morales y su pacto con la Media Luna! ¡Abajo la burocracia colaboracionista de la COB encabezada por el traidor Pedro Montes, que pactó con el gobierno un salario miserable, dividiendo las filas obreras y entregando la lucha de los trabajadores! ¡La COB, FSTMB, las COR y las COD son una conquista de los obreros, nosotros somos los dueños, y no la burocracia colaboracionista! ¡Abajo los ministros obreros, proxenetas de la burguesía!

¡Por una dirección revolucionaria e internacionalista de la COB!

La vanguardia de la clase obrera ya ha largado el grito de ¡Fuera el traidor de Montes!, ¡Fuera todos los dirigentes traidores de nuestras organizaciones obreras! Es el momento de concretar esta moción de los obreros contra la burocracia colaboracionista de la COB, la FSTMB, las COD y las COR, para recuperar nuestras organizaciones de combate. Es que, cuanto más permanezca la burocracia colaboracionista en nuestras organizaciones obreras, más alejada estará nuestra victoria y más cerca nuestra derrota. Y si es que Montes y toda la burocracia de la COB no han caído aún, es debido a que lo vienen sosteniendo y salvando del odio de la base obrera, por un lado, el gobierno de Evo Morales y, por el otro, los igualmente traidores de Solares, desde la COD de Oruro, y Mitma, desde la dirección de

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